Soneto

Tomás Muriel
Tomás Muriel
Filólogo y profesor de español. Doctorando en Estudios Lingüísticos y Literarios.

Un soneto es una composición poética de catorce versos de arte mayor en rima consonante. Los versos que los componen son endecasílabos (de once sílabas) y tiene cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos.

El soneto tiene su origen en Italia, en el siglo XIII. Es una de las composiciones más populares, siendo cultivada desde sus orígenes, en la Edad Media, hasta la actualidad.

Las principales características del soneto son:

  • Unidad temática. En un soneto solo se encuentra un único tema, que se desarrolla en los ocho primeros, y tiene su conclusión en los seis últimos. A veces, la conclusión suele ser un giro ingenioso o inesperado.
  • Es muy utilizado en la poesía lírica. El poeta se sirve de la unidad temática para exponer sus sentimientos (le permite un desarrollo y una conclusión).
  • Permite modificaciones en su estructura. Al ser una forma cultivada durante tantos siglos en diferentes territorios, han surgido variaciones respecto a su forma clásica.

Estructura del soneto

La estructura clásica del soneto es la siguiente:

  • Dos cuartetos. Es decir, dos estrofas de cuatro versos que riman de la siguiente manera: ABBA. Aquí es donde se presenta y desarrolla el tema.
  • Dos tercetos: dos estrofas de tres versos con rima CDC y DCD. En esta parte se llega a la conclusión o desenlace del tema.

Por lo tanto, el soneto tiene una estructura de dos cuartetos y dos tercetos. Esto hace un total de catorce versos con la rima distribuida de la siguiente manera: ABBA ABBA CDC DCD. Sus versos son endecasílabos (11 sílabas), lo que hace que sean de arte mayor.

Estructura de soneto Significados UN soneto me manda hacer violante

Sin embargo, es posible encontrar diferencias respecto a su forma clásica, tales como modificaciones en la longitud del verso o distribución de la rima.

Encontramos, por ejemplo:

  • Soneto con estrambote: soneto al que se le añaden una o dos estrofas de tres versos. Cada una de estas estrofas presenta un verso heptasílabo (de 7 sílabas).
  • Soneto isabelino o inglés: se compone de tres estrofas de cuatro versos y una de dos.
  • Soneto en alejandrinos: en lugar de usar verbos endecasílabos, los utiliza alejandrinos (de 14 sílabas).
  • Soneto libre o blanco: no tiene un tipo de rima definida (los versos suelen quedar sueltos) e incluso varía su número de sílabas.

Ejemplos de sonetos

Amor constante, más allá de la muerte

Este soneto, de Francisco de Quevedo, fue publicado en 1648. Respeta la estructura clásica, tanto en sus estrofas como en su rima.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Tres veces de Aquilón...

Este soneto (1585), de Góngora, altera la rima en los tercetos: opta por una distribución en CDC CDC.

Tres veces de Aquilón el soplo airado
del verde honor privó a las verdes plantas,
y al animal de Colcos otra tantas
ilustró Febo su vellón dorado,

después que sigo (el pecho traspasado
de aguda flecha) con humildes plantas
(oh, bella Clori!) tus pisadas santas
por las floridas señas que da el prado.

A vista voy (tiñendo los alcores
en roja sangre) de tu dulce vuelo
que el cielo pinta de cien mil colores,

tanto, que ya nos siguen los pastores
por los extraños rastros que en el suelo
dejamos, yo de sangre, tú de flores.

A la esperanza

Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), en este soneto, añade una nueva rima en los últimos versos de los tercetos: CDE CDE.

Verde embeleso de la vida humana,
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;

alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:

sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por antojos,
todo lo ven pintado a su deseo;

que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.

En las constelaciones

Este poema de Rubén Darío, publicado en 1952, es un soneto en alejandrinos (usa versos de 14 sílabas). Además, en él se duplica la rima en los tercetos: CCD CCD.

En las constelaciones Pitágoras leía,
yo en las constelaciones pitagórgicas leo;
pero se han confundido dentro del alma mía
el alma de Pitágoras con el alma de Orfeo.

Sé que soy, desde el tiempo del Paraíso, reo;
sé que he robado el fuego y robé la armonía;
que es abismo mi alma y huracán mi deseo;
que sorbo el infinito y quiero todavía...

Pero ¿qué voy a hacer, si estoy atado al potro
en que, ganado el premio, siempre quiero ser otro,
y en que, dos en mí mismo triunfa uno de los dos?

En la arena me enseña la tortuga de oro
hacia dónde conduce de las musas el coro
y en dónde triunfa, augusta, la voluntad de Dios.

El busto de nieve

El busto de nieve es un soneto clásico de Ramón de Campoamor (1817-1901).

De amor tentado un penitente un día
con nieve un busto de mujer formaba,
y el cuerpo al busto con furor juntaba,
templando el fuego que en su pecho ardía.

Cuanto más con el busto el cuerpo unía,
más la nieve con fuego se mezclaba,
y de aquel santo el corazón se helaba,
y el busto de mujer se deshacía.

En tus luchas ¡oh, amor de quien reniego!
siempre se une el invierno y el estío,
y si uno ama sin fe, quiere otro ciego.

Así te pasa a ti, corazón mío,
que uniendo ella su nieve con tu fuego,
por matar de calor, mueres de frío.

Umbrío por la pena

Miguel Hernández (1910-1942), en Umbrío por la pena, opta por la estructura clásica del soneto. Es notorio ver cómo, en el siglo XX, la forma clásica del soneto todavía sigue vigente.

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

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Cómo citar: Muriel, Tomás (09/08/2024). "Soneto". En: Significados.com. Disponible en: https://staging.significados.com/soneto/ Consultado:

Tomás Muriel
Tomás Muriel
Graduado en Lengua y Literatura Españolas (UNED) y Máster en Formación de Profesores de Español como Segunda Lengua (UNED/Instituto Cervantes). Profesor de Español como Lengua Extranjera (ELE), traductor y escritor, actualmente realizando un doctorado en Literatura Medieval.
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